El pijama es una de las prendas más íntimas que utilizamos a diario. Nos acompaña durante horas, mientras nuestro cuerpo se regenera y descansa. Sin embargo, aunque parezca algo trivial, la higiene del pijama es un tema que suele pasarse por alto y que, sorprendentemente, tiene un impacto directo en nuestra piel, salud e incluso en la calidad del sueño. ¿Con qué frecuencia deberíamos lavarlo? ¿Influye realmente en nuestro bienestar? Te lo explicamos en detalle.
¿Por qué es crucial lavar el pijama regularmente?
A diferencia de la ropa que usamos durante el día, el pijama no está expuesto a la misma cantidad de suciedad ambiental. No obstante, durante la noche, nuestro cuerpo sigue activo: transpiramos, eliminamos células muertas y segregamos aceites naturales. Además, restos de cremas, lociones y productos de cuidado personal pueden adherirse a la tela, creando un entorno perfecto para la proliferación de bacterias y hongos.
La Dra. Ana López, dermatóloga especializada en cuidado de la piel, advierte: «El pijama, al estar en contacto directo con nuestra piel durante horas, puede acumular sudor, bacterias, alérgenos e incluso ácaros. Si no se lava con suficiente frecuencia, esto puede provocar irritaciones, acné, dermatitis o infecciones cutáneas, especialmente en personas con piel sensible o problemas dermatológicos preexistentes».
Además, no lavar el pijama con regularidad puede generar malos olores y sensación de incomodidad, lo que afecta no solo nuestra higiene personal, sino también nuestra percepción de bienestar.
¿Cada cuánto tiempo es recomendable lavarlo?
La frecuencia con la que debemos lavar el pijama depende de varios factores, como el tipo de tela, el clima, nuestros hábitos de sueño y las características de nuestra piel. Sin embargo, los expertos han establecido unas pautas generales que pueden servir como punto de partida:
- Cada 2 o 3 usos: Si no sudas demasiado durante la noche y vives en un clima fresco, puedes usar el pijama dos o tres veces antes de lavarlo.
- Después de cada uso: Si eres una persona que suda en exceso, tiene piel grasa o vive en un clima cálido y húmedo, lo ideal es lavarlo después de cada uso para evitar la acumulación de bacterias y malos olores.
- Al menos una vez por semana: Si tienes piel sensible, problemas dermatológicos o alergias, no deberías usar el mismo pijama más de una semana sin lavarlo.
- Después de estar enfermo: Si has pasado por un resfriado, gripe o cualquier otra enfermedad, es fundamental lavar el pijama después de recuperarte para eliminar posibles gérmenes.
¿Cómo influye un pijama limpio en la piel y el descanso?
El impacto de un pijama limpio va más allá de la higiene básica. Tiene efectos directos sobre la salud de la piel y la calidad del sueño:
Salud de la piel
Lavar el pijama con regularidad previene la acumulación de bacterias, aceites y células muertas que pueden obstruir los poros y causar problemas como acné o irritaciones. Además, evita la proliferación de ácaros y otros microorganismos que pueden desencadenar alergias o dermatitis.
Calidad del sueño
La psicóloga del sueño Laura Martínez explica: «La sensación de frescura y limpieza que aporta un pijama recién lavado puede generar una mayor relajación, facilitando la conciliación del sueño y promoviendo un descanso más reparador». Por el contrario, dormir con un pijama sucio puede causar incomodidad, malos olores e incluso picores, lo que dificulta mantener un sueño profundo y continuo.

Consejos prácticos para cuidar tu pijama
- Lávalo con agua tibia: El agua tibia es más efectiva para eliminar bacterias y residuos de la tela.
- Usa detergentes suaves o hipoalergénicos: Opta por productos que no contengan químicos agresivos, especialmente si tienes piel sensible.
- Evita el uso de suavizantes: Los suavizantes pueden dejar residuos en la tela que irritan la piel y reducen la transpirabilidad de la prenda.
- Seca al aire libre: El sol es un excelente desinfectante natural. Además, el secado al aire libre evita que la tela se deteriore por el calor de la secadora.
- Cambia tu pijama según la temporada: En invierno, opta por tejidos cálidos como el algodón o la franela. En verano, elige telas ligeras y transpirables como el lino o el bambú.
- Ten varios pijamas en rotación: Tener dos o tres pijamas te permitirá alternarlos y lavarlos con menos frecuencia sin comprometer la higiene.
¿Qué sucede si no lavas el pijama con frecuencia?
Ignorar la higiene del pijama puede tener varias consecuencias negativas:
- Problemas de piel: Acné, irritaciones, dermatitis y alergias cutáneas.
- Infecciones: La acumulación de bacterias y hongos puede provocar infecciones, especialmente en áreas sensibles.
- Malos olores: El sudor y los aceites naturales se descomponen con el tiempo, generando olores desagradables.
- Deterioro de la calidad del sueño: La incomodidad y los picores pueden dificultar el descanso.
Conclusión
Lavar el pijama con regularidad no es solo una cuestión de higiene básica, sino un hábito que contribuye a nuestra salud y bienestar general. Mantenerlo limpio previene problemas cutáneos, evita infecciones y mejora la calidad del sueño. Además, usar un pijama fresco y limpio nos ayuda a relajarnos y a disfrutar de noches más reparadoras.
Así que, la próxima vez que pienses en posponer el lavado del pijama, recuerda que tu piel, tu salud y tu descanso te lo agradecerán. La higiene nocturna es tan importante como la del día, y un pijama limpio es una pieza clave para sentirte bien por dentro y por fuera. 🛏️✨