Estar embarazada y pasar la Navidad en ese estado es, para muchas, una gran alegría. Es como si fuera la primera Navidad de tu bebé, aunque no puedas disfrutarla todavía en físico. Sin embargo, los sentimientos, el espíritu navideño, etc. está ahí y se vive con esa cosita que crece en tu interior.
Ahora bien, por el hecho de estar embarazada, la Navidad no se puede celebrar igual que si no lo estuvieras. Hay que tener en cuenta algunas recomendaciones para que esas navidades no acabes en urgencias o tengas que pasarla en casa en lugar de salir con amigos o familiares y reunirte con todos.
Lo que debes hacer para que estar embarazada en Navidad no sea un problema
Si quieres vivir la Navidad embarazada, y además hacerlo sin ningún problema, entonces lo que debes hacer es lo siguiente:
Relax
La Navidad es muy bonita. Y embarazada más. Pero reconozcamos que parece que se ha vuelto muy comercial. De hecho, a partir de diciembre salir a la calle, sobre todo por la tarde, es una odisea porque sabes cuándo sales pero no cuándo vuelves.
Y todo debido a los atascos, caravanas y miles de personas que salen a comprar los regalos navideños. Eso repercute en tu estrés y nerviosismo, justo lo que no deberías vivir.
Así que, en la medida de lo posible, intenta tomarte las cosas con calma para que no te vayan a afectar. Recuerda que ese estrés al que sometes al bebé en tu vientre puede afectarle después a él.
Si no se puede ir, no se va estando embarazada en Navidad
Cuando no estás embarazada, es habitual que hagas planes prácticamente para todos los días de la semana. Es Navidad y tienes mucha gente a la que ver, ¿verdad que sí?
El problema es que, por estar en tu estado, te cansas más, o has de tener más precauciones. No te decimos que te quedes en casa todo el día, ni mucho menos. Pero sí que, en lugar de salir todos los días, también te centres en ti un poco y no te agobies si no puedes ir a visitar a toda la familia, hacer un viaje, etc.
Ya habrá tiempo más adelante para hacerlo, pero has de pensar en tu bebé y en ti primero, sobre todo si estás de pocos meses, o a punto de dar a luz.
Nada de atracones ni antojos dulces
Es muy habitual en Navidad ir a las cenas de empresa, de familia, comidas navideñas, meriendas, desayunos… En conclusión, que comemos más y mal. Porque es como si en esa fecha hubiera que comer un montón y agasajar a la familia con montones de comidas.
Y claro, un poco de aquí, un poco de allá, el postre, los turrones, mazapanes, etc. al final pesan en la báscula. Y embarazada no es bueno coger más peso del que debieras.
Así que toca cortarse un poco y no sucumbir a los manjares que te van a poner. Es por tu bien, y por dos razones fundamentales: 1) cuanto más peso cojas, más difícil te va a ser quitártelo luego; y 2) porque cuanto más peso tengas más complicado será para ti el embarazo y puede perjudicar a tu forma física y a la hora del parto.
Cuidado con lo que bebes
Estar embarazada siempre ha significado que el alcohol no puedes tocarlo. Ni siquiera para brindar con las amigas o familia. Así que ve dejando la copa y la compra de ese champán especial que has visto en la tienda.
Pero que quites el alcohol no significa que estés a salvo. Hay otras muchas bebidas con las que debes tener cuidado a la hora de pasar la Navidad embarazada.
Por ejemplo, las bebidas gaseosas, tienen el problema de contener mucha azúcar y gas, lo que te desencadenará problemas (sobre todo en los dos últimos trimestres de embarazo) además de impedir que tu cuerpo absorba vitaminas o calcio. Otra bebida de la que deberías alejarte son las excitantes o las energéticas.
Embarazada en Navidad: estos alimentos ni tocarlos
Hablemos ahora de la comida. Porque por las mesas en las que te sientes, o la que tú misma prepares, pasarán muchos alimentos. Pero algunos de ellos no deberían formar parte de tu plato.
Un ejemplo podría ser la carne o el pescado crudo. Es muy habitual ahora hacer comidas temáticas y el sushi (pescado crudo) o el tartar (carne cruda) son algunos platos habituales. Pues bien, estando embarazada no deberías tomarlos.
Lo mismo ocurre con algunos pescados que tienen demasiado mercurio y que afectarían a los bebés, ya sean cocinados, marinados, ahumados, etc. También con los quesos que no estén pasteurizados (por riesgo de listeria, aunque esta bacteria, como se ha podido comprobar, afecta a muchos alimentos diferentes).
Y algo que seguro pensarías que puedes comer: el embutido. Deja esas lonchitas de embutidos (salchichón, chorizo, etc.) en el plato porque pondrás en riesgo de taxoplasmosis a tu cuerpo. Puedes comer, sin embargo, jamón cocido. Y no, el jamón serrano tampoco deberías tomarlo (porque es carne cruda (aunque haya sido curada x meses)).