Cuando estás embarazada, el momento de las ecografías es algo que esperas con ansias, tanto para conocer a tu bebé como para saber su sexo, que todo está bien, etc. Y claro, uno de los problemas de las ecografías tradicionales, también llamadas ecografías 2D, es que no se puede ver demasiado (hay que interpretarlas en algunos casos).
Afortunadamente, los nuevos avances en tecnología logran que haya ecografías 4D y 5D que permiten ver a tu bebé de una forma diferente, como si fuera real. Pero, ¿cuál es la diferencia entre unas y otras?
El origen de las ecografías
La persona a la que le debemos las ecografías es el médico Ian Donald, un inglés que, en 1958, presentó la primera imagen por ultrasonido del bebé de una embarazada. Fue toda una revolución y el primer paso para que los médicos pudieran anticiparse a conocer el sexo del bebé, a malformaciones, o incluso a estudiar cómo se producía el desarrollo del feto en el interior de la madre.
Por supuesto, con los años las técnicas de ecografía han ido evolucionándose, hasta el punto de aparecer las ecografías 3D, 4D y, las últimas, las 5D. Claro que, ¿sabemos las diferencias de todas ellas?
Ecografías 2D
Las ecografías 2D son las habituales que te hacen en la Seguridad Social. A través de ultrasonidos, pueden ver el interior del cuerpo y al feto. Pero lo hace solo en dos dimensiones, mostrando una imagen plana y que hay que interpretar, sobre todo en los primeros meses de embarazo.
Normalmente, por protocolo, te hacen a lo largo del embarazo tres ecografías. La primera de ellas se da en la semana 12 y suele ser vaginal, para ver si el embarazo está en el útero y si hay riesgo de aborto; también se usa para saber si hay embarazo múltiple, si todo está bien (ovarios, útero, placenta, etc.) así como para definir la «edad» del bebé y cómo está su corazón.
En esta no se sabe el sexo del bebé, y avanzarlo es muy arriesgado.
La segunda ecografía 2D que te hacen es a la semana 20, donde ya sí se puede saber el sexo del bebé, y también se ve si todo va correcto. Y ya hasta la semana 30-34, no habrá otra ecografía que prepara a la madre para el parto y para ver si el bebé se coloca bien, el peso, las medidas, etc. (por si hay que programar una cesárea).
Esto hace que los padres puedan sentir que les falta algo para seguir viendo a su pequeño, y si tenemos en cuenta que no es una imagen nítida ni clara, que puedas veces hay que interpretar, eso hizo que las nuevas ecografías surgieran.
Ecografías 3D
Con el tiempo, las ecografías 2D quedaron relegadas a meros «trámites» del protocolo de embarazos, pero se buscaba una forma de ver de manera más realista el feto. Por eso, con el auge del 3D, aparecieron las primeras ecografías.
Eso sí, estas solo permitían ver imágenes del bebé en 3D, no al bebé en movimiento, que es lo que se consigue en las siguientes evoluciones.
Ecografías 4D
Las ecografías 4D son toda una evolución y es que permiten ver al bebé en movimiento, haciendo que sea una imagen más real al mostrar al feto en 3 dimensiones. Además, este tipo de ecografías ayudan a los médicos a evaluar de manera adecuada al bebé, así como ver si hay algún tipo de enfermedad, malformación o algo que no se desarrolle de manera adecuada.
Ahora bien, tiene una limitación, y es que los órganos internos, la grasa de la embarazada, incluso el cordón umbilical actúan de freno para poder ver al bebé en todo su esplendor.
Estas ecografías se realizan entre la semana 26 y la 32 que es el mejor momento para observar al bebé.
El precio de estas ecografías suele ser desde 79 euros (sin ofertas ni descuentos).
Eco 5D
Estas son las últimas ecografías que han salido al mercado y que buscan paliar los fallos (o limitaciones) que ya existían en la ecografía anterior. Por eso, uno de los principales cambios es que aquí sí que los obstáculos de las ecografías 4D no son problema. Esto ayuda a que puedas ver a tu bebé moviéndose, chupándose el dedo, estirándose, o incluso haciendo pis.
Eso sí, la calidad de estas ecografías, el hecho de poder verlo como si realmente lo tuvieras a tu lado, tiene un desembolso económico mucho más elevado, aunque merece la pena hacerlo para tener un recuerdo único, y también para evaluar al 100% el estado del feto en el interior (sobre todo si hay problemas en el embarazo o riesgos que se deberían solucionar).
Al igual que las ecografías 4D, las 5D deben realizarse entre las semanas 26 y 32 porque, si se va más allá, es posible que no entre todo su cuerpecito en el «visor» y no veas demasiado bien.
En cuanto al precio, como hemos dicho, son más caras que las ecografías 4D.