Un embarazo no tiene por qué ir mal. Todo lo contrario. Pero existen situaciones por las que puedes pasar que ponen en riesgo la vida de tu bebé, o la tuya misma. Hoy nos centramos en el caso de que estés embarazada con toxoplasmosis.
Si te pasa, o tienes miedo a que suceda, a veces saber de antemano qué implica estar embarazada con toxoplasmosis lo que puede ocurrir te tranquilizará. Así que, aquí te dejamos información sobre ello. ¿Empezamos?
Qué es la toxoplasmosis
Este nombre tan raro hace referencia a una infección que se contrae a través de animales, de personas, o de aves. En general, la mayoría de las personas, si la contraen, no tienen apenas problemas de salud, y estos son leves. Pero cuando es una embarazada con toxoplasmosis, la cosa cambia.
Y es que le afecta mucho al bebé, al punto de que puede tener daño cerebral o problemas de vista. Eso sí, si en algún momento del embarazo contraes la infección, la probabilidad de que la transmitas a tu bebé es baja.
Sí, asusta mucho estar enferma y saber que tu bebé puede enfermarse, pero a pesar de todo, no es una enfermedad tan grave.
Cómo se puede contraer toxoplasmosis
La verdad es que toxoplasmosis es fácil de infectarse. Algunas causas por las que puede ocurrir son, por ejemplo, comer carne poco cocida, o cruda; o bien por tener contacto con heces de gato.
Es por eso que a las embarazadas se les recomienda no tocar los areneros de los gatos ni acercarse mucho; y en caso de que no pueda evitarlo, mantener una higiene alta lavándose las manos antes y después y no tocándose en ninguna parte durante el proceso.
Qué se siente cuando estás embarazada con toxoplasmosis
Cuando una persona contrae toxoplasmosis los síntomas que tiene son muy similares a los de una gripe. De hecho, lo normal es confundirla con esta. En el caso de una embarazada con toxoplasmosis, los síntomas pueden ser un poco más intensos, pero igual no dejan de ser como una gripe.
Estos son:
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Dolores musculares.
- Sarpullidos.
- Hinchazón de los ganglios linfáticos.
En los casos más graves, podrías sufrir de problemas oculares, como dolor de ojos, falta de visión o ver manchas. En personas con el sistema inmunitario débil, la enfermedad podría trasladarse a una infección pulmonar o cerebral.
Cómo se infecta a un feto en el embarazo
Como te hemos dicho antes, una embarazada con toxoplasmosis tiene una baja probabilidad de que infecte a su feto. Pero puede darse el caso. Sería una toxoplasmosis congénita lo que tendría tu bebé.
Cuando esta infección sucede en el primer trimestre, los casos de aborto espontáneo son altos, porque el bebé que crece en tu interior no puede con la enfermedad. En el segundo y tercer trimestre también puede darse un aborto, pero igualmente son los problemas de salud lo que se genera.
Por ejemplo, que tenga exceso de líquido en el cerebro, llamado hidrocefalia; infecciones oculares graves; problemas cerebrales o que el hígado o el bazo tengan un agrandamiento.
Pero cuidado, porque el hecho de dar a luz a tu bebé sano no quiere decir que no pueda contraer la enfermedad en la primera infancia. Sigue siendo igual de peligroso y puede provocarle muchos problemas en su desarrollo.
Qué tratamiento se sigue estando embarazada con toxoplasmosis
Cuando una persona da positivo en toxoplasmosis, el tratamiento a veces es no hacer nada y que se vaya sola porque se puede combatir sin problema. Sin embargo, en algunos otros casos sí es necesario tomar antibióticos para tratar la infección e impedir que vaya a más.
En el caso de una embarazada con toxoplasmosis, desde el momento en que se detecta los médicos pueden pautar un antibiótico que, además, protege al feto impidiendo que contraiga la infección y que, en caso de que la tenga, se reduzcan los problemas graves.
Además, cuando se sabe que la embarazada tiene la enfermedad, se suele realizar una amniocentesis para ver si el bebé también la tiene (en los casos que sea posible), con el objetivo de administrarle una combinación de antibióticos para curarlo y evitar anomalías congénitas.
Que sepas que la mayoría de los recién nacidos cuyas madres estaban embarazadas con toxoplasmosis no tienen síntomas al nacer. Y después sólo tendrán que tomar unos antibióticos para reducir la probabilidad de que desarrolle algún problema en el futuro.
Cómo evitarlo
estar embarazada con toxoplasmosis no es algo que vayas a querer pasar. Por eso, aquí te dejamos algunos consejos para evitarlo siempre que sea posible:
- No tomes alimentos crudos o poco cocidos. Esto quiere decir que no puedes comer carne o pescado crudo ni marisco crudo (mejillones, ostras, almejas, gambas…).
- No toques el arenero y, en caso de hacerlo, usa guantes. Igual que si tienes que trabajar en el jardín con tierra. En cuanto a tu gato, tenlo lo más sano posible (pero no lo toques en la parte del culete ni las patas y lávate cuando dejes de acariciarlo).
- No bebas agua que no sea potable ni tampoco leche de cabra no pasteurizada. Tampoco de vaca ni de ningún animal.
- Lava bien todo lo que vayas a consumir, especialmente la fruta y verdura. Si puedes desinfectarla, mucho mejor.
- Mantén una higiene extrema, sobre todo en los utensilios de cocina, para evitar que puedan contagiar unos alimentos a otros.
Si estás embarazada con toxoplasmosis, tu médico te mantendrá vigilada. Pero, además, en caso de dudas o si quieres comprobar si tienes la enfermedad, podrías someterte a una prueba para verificarlo (normalmente, un análisis de sangre). ¿Conocías esta enfermedad?
