Tanto los niños como los adultos cometemos errores. Esto es algo natural, un proceso por el que, queramos o no, tenemos que pasar. El problema es que cuando somos padres lo que queremos es que los niños no cometan errores, que no se equivoquen. Y eso no puede ser.
En general, aunque los niños se equivocan más a menudo que los adultos, y es parte de su aprendizaje, lo que no se sabía hasta ahora es que, de sus propios errores, también hay lecciones que aprenden. ¿Cuáles? Te las explicamos.
Qué hacer cuando los niños se equivocan
Seguro que aún te acuerdas de esa vez que de niño o niña te equivocaste y tu padre no hizo más que recordártelo una y otra vez. Es algo que sale, y que aunque tú dijiste que jamás serías una persona así, con tus hijos más de una vez, en lugar de hablarles de una forma positiva, has acabado haciéndolo al contrario.
Es decir, en lugar de intentar entender el motivo por el que se ha cometido el error, y que aprenda de sus propios errores, lo que hacemos es enfatizar la humillación, la vergüenza y, por qué no decirlo, también la autoestima, venganza, etc.
En otras palabras, hablamos de presentarle las equivocaciones a los niños como formas de aprender mucho mejor, de conseguir conocimientos, habilidades y experiencias que le servirán en su vida. Y cuando eso no se hace en la etapa infantil, en la edad adulta es más complicado de afrontarlos.
Pero, además, los errores son aprendizajes. ¿Qué aprenden? Lo siguiente:
El error no es algo que solo le pasa a él
Muchos niños sienten que cometen errores solo ellos, no se fijan en los demás sino que piensan que todo el mundo lo hace bien menos ellos. Y esto es muy malo.
Tienen que entender que todo el mundo se equivoca a veces, y que si eso pasa, las palabras perdón y lo siento son dos que siempre debe decir con el corazón, porque aunque se cometa un error, eso no quiere decir que se queda «grabado» en las personas y que por ello va a perder el cariño de uno.
Todo error tiene consecuencias
Unas veces estas consecuencias serán mayores; otras, menores, pero siempre habrá una consecuencia de haberse equivocado.
Por ejemplo, imagina que cuando le vas a dar de comer te tira la cuchara porque quiere jugar. Tú te pondrás triste y te enfadarás, además de que la comida se desperdiciará o bien, si hay mascotas, estas pueden comer algo que los haga ponerse malitos.
Como ves, ahí hay consecuencias de un error cometido por un niño.
Los niños deben entender que no siempre las cosas son como ellos quieren
Esto es algo que tienen que entender desde pequeños, el hecho de que no siempre va a pasar todo lo que ellos quieran.
Por ejemplo, que salgas a la calle y tu hijo te diga que le compres un regalo y cuando vuelvas a casa no le lleves nada. Se enfadará, se frustrará… pero es algo por lo que tienen que pasar.
Otro ejemplo puede ser el hacer un dibujo. Sí quiere que salga de una determinada forma y luego no pasa eso, no hay que frustrarse por ello, sino buscar las posibles soluciones para conseguir ese resultado esperado.
Cometer errores no es de niños tontos
A veces, cuando los niños se equivocan, si es algo que «nos molesta» acabamos diciéndole que es tonto, despistado, torpe, patoso… Y en realidad, es lo peor que podemos decirle a los niños. Porque un error lo tiene cualquiera, y no define lo que uno es.
Los errores son infinitos y depende de cada uno hacer muchos o poco, pero lo que nunca se debe llevar a cabo es un daño emocional, menos a esa edad tan temprana en la que puedes influir negativamente en tu hijo.
Cualquier error tiene solución
Esto es algo que debes recalcarle porque muchas veces los niños se equivocan y nosotros, inconscientemente, les hacemos sentir lo peor, pero además es que les responsabilizamos de lo que ha pasado y de las consecuencias. Cuando en realidad hay que tener cuidado con estos temas.
Siempre habrá una solución. Es verdad que lo hecho, hecho está, pero no quiere decir que no podamos encontrar las formas de solucionar esos problemas.
Ante todo, responsabilidad
Muchas veces, cuando los niños se equivocan, tienden a echar las culpas a otra persona para evitar castigos o reproches por lo que ha pasado. Pero si desde el principio se le enseña que no hay que ocultar esos errores sino sacarlos a la luz y procurar que no se vuelvan a cometer, mucho mejor.
Estarás haciendo a los niños mucho más maduros y adultos porque les das una responsabilidad.
Como ves, hasta de los errores se pueden sacar enseñanzas a los niños que, aunque no lo creas, le servirán en su vida adulta. Solo debes tener paciencia cuando los com0eta y responder de una forma positiva, y no negativa. ¿Piensas que aprenden más? Coméntanos.