Qué pasa en la semana 37 de embarazo

Signos de alarma en el embarazo

Como sabes, el embarazo dura unas 40 semanas. Por lo que en este caso, en la semana 37 ya apenas te queda nada para ver la carita de tu bebé y tenerlo entre tus brazos.

El problema es que, con el acercamiento del parto, puedes sentirte preocupada por lo que va a pasar, por si tú estás lista, cómo estará el bebé… Por eso, a continuación vamos a aliviarte contándote todo lo que va a ocurrir.

Qué le pasa al cuerpo en la semana 37 de embarazo

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La semana 37 de embarazo empieza con un tamaño de barriga considerable. Eso hará que tu cuerpo se canse más, te cueste más estar de pie o moverte, y puedes tener mal humor por esa carga extra que llevas y que, en ciertos momentos, estás deseando sacar de tu cuerpo para volver a ser tú. Y es que el peso suele estar en unos 9 kilos extras lo que hace que muchas no se terminen de adaptar (y si es más es mucho peor).

Entre las molestias que puedes sufrir debido a esta semana de embarazo están las siguientes:

Aumento de la frecuencia de orinar

Ya lo hemos comentado en semanas anteriores, debido a que el bebé suele estar con la cabeza apoyada en el cuello del útero, la vejiga tiene menos espacio y, por ende, se llena más.

Eso hace que tengas que ir más veces al baño.

Contracciones de Braxton Hicks

Seguirás estando con las contracciones de Braxton Hicks. Pero, cuidado, porque a veces se confundirán con las de parto. La diferencia estriba en que, si notas que esas contracciones se producen cada cinco minutos o menos, es que estás de parto y deberás acudir al hospital lo antes posible.

El cuello del útero se prepara

El cuerpo es sabio y sabe cuándo ha llegado el momento. Por tanto, lo que te vamos a contar ahora puede ser que ya te ocurriera semanas atrás. Y es que, cuando el parto está próximo, el cuello del útero empieza a dilatarse y a expulsar el tapón mucoso.

Cuando esto pasa es una señal de que no le queda mucho al parto. Pero no tienes que asustarte ni agobiarte.

Que se te caiga el tapón mucoso, que tengas un poquito de sangre o que notes que dilatas no es malo, ni signo para ir a urgencias salvo que se salga de lo normal.

Eso sí, indica que en unas horas o días estará fuera, así que cuidado y empieza a prepararlo todo.

Revisiones médicas

Tu médico seguirá de cerca las últimas semanas del embarazo. De hecho, te revisará la zona del útero para ver cómo va, si dilata mucho, si no lo hace, etc. Es él quien debe decidir si es mejor un parto natural o una cesárea. En ocasiones, si el bebé es demasiado grande, no está bien colocado, o la madre no dilata nada, puede ser aconsejable realizarla para evitar sufrimiento fetal y de la propia madre.

Sin embargo, los médicos intenta que sea algo opcional porque hay mayores ventajas del parto natural.

Cómo está tu bebé

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En el caso de tu bebé en la semana 37 de embarazo, debes saber que ya pesará unos tres kilos y medirá en torno a los cincuenta centímetros. Se le considera un bebé a término, es decir que ya es un bebé de los pies a la cabeza. Pero durante las semanas que quedan se encargará de acumular grasa bajo la piel que le vendrá bien para aprender a regular la temperatura corporal y a mantener los niveles de glucosa en sangre. Según se estima, esa acumulación de grasa diaria suele ser de unos quince gramos. Pero habrá bebés que acumulen más y otros menos. Aun así, sigue cuidando la alimentación hasta el final (y si vas a darle el pecho, quizá hasta unos meses después de haber dado a luz).

Salvo excepciones, el bebé estará en posición cefálica, es decir, la cabeza hacia abajo para iniciar, en cualquier momento, el parto.

Durante la semana 37 de embarazo el bebé va a perder parte del lanugo, es decir, de ese vello fino que cubría su cuerpo. No lo hará del todo, pero sí la mayor cantidad de este.

Además, puedes «jugar» con él porque responderá a estímulos como luces brillantes, golpecitos en la barriga, etc. Si estás preocupada porque no lo sientes moverse puede ser una opción para incitarle y quedarte tranquila.

Por lo demás, el bebé va a estar tranquilo dentro de lo que cabe. Y es que tendrá muy poco espacio para moverse (de ahí que sus movimientos lleguen a ser dolorosos en ocasiones en el embarazo). Con las contracciones que se producen en el útero, el feto empieza a prepararse para el momento del parto.

Como ves, la semana 37 de embarazo es tranquila, porque ahora lo único que importa es que tanto el bebé como la madre cojan fuerzas para lo que está por venir.

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