Antojos en el embarazo: cómo evitarlos

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Una de las creencias más populares cuando estás embarazada es que, si tienes un antojo, tienes que cumplirlo, sea lo que sea, porque si no lo haces el bebé nacerá con una señal de ese antojo no satisfecho. De hecho, hay muchas madres que, tras finalizar el embarazo y tener a sus bebés en los brazos se dan cuenta de algunas marcas de nacimiento, algunas de ellas parecidas, de alguna forma, al antojo que se ha tenido. ¿Te ha pasado?

El problema es que, aunque esos antojos son típicos en el estado de buena esperanza, lo cierto es que entrañan riesgos, no solo de subida de peso, sino también de otras enfermedades que se desarrollan con el embarazo. Te hablamos de ello.

Los antojos en el embarazo

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Fuente: PIxabay

En el embarazo lo normal es ganar entre 9 y 12 kilos. Es algo inevitable porque además del peso del bebé hay que sumar el de la placenta y otros elementos más que te hacen subir de peso. Por eso, controlarlo para que no se desmadre, es muy importante. Tanto o más que el perder después ese «extra».

Ahora bien, hay algunos antojos que se dan en las embarazadas que ponen en riesgo la subida de peso, o incluso que acaban generando problemas como diabetes gestacional, preeclampsia, etc. De ahí que haya que saber gestionar estas situaciones.

Sí, los antojos son inevitables, pero también tienes las herramientas adecuadas para poder gestionarlos y que estos no rijan tu día a día. Con ello no queremos decirte que siempre vayan a ser negativos; muchas mujeres en el embarazo desarrollan antojos saludables que no tienen ningún problema de consentirse. Pero no ocurre lo mismo con otros como el azúcar o alimentos que estén estrictamente prohibidos durante el embarazo.

Qué hacer para controlar los antojos estando embarazada

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Fuente: PIxabay

Si estás embarazada y has sucumbido a los antojos a pesar de que sabes que no son buenos para ti, es hora de tomar las riendas de tu vida y no dejarte llevar por esas cosas que sabes que son malas, no solo para tu salud, sino también para la del bebé.

Por ello, las claves o formas de gestionar los antojos son las siguientes:

Lleva una dieta saludable

Tomar una alimentación completa, donde tu cuerpo esté nutrido al 100% y no tenga ninguna carencia es imprescindible. No solo te permitirá cuidar tu salud por dentro, sino que también le estarás dando al bebé todos los nutrientes que va a necesitar.

Muchas veces, los antojos se producen porque hay deficiencias nutricionales, pero para ello hay que saber qué es lo que nos falta. Como eso es más complicado, puedes optar por llevar una dieta que abarque todas las necesidades de tu cuerpo.

Hay antojos y «antojos»

No todos los antojos van a ser iguales. Hay algunos que pueden ser una llamada de atención por una falta de nutrientes que necesita tu cuerpo, como puede ser con la fruta (porque te faltan vitaminas), con el chocolate (porque te falta magnesio) o incluso con la carne (porque necesites hierro).

En base a esto, habrá antojos que no haya mucho problema de cumplir, mientras que otros sí que debes evitarlos a toda costa.

¿Y cómo sabes si es un antojo bueno o malo? Ponte en situación. Estás en la cocina y te apetece muchísimo el chocolate. Tienes un antojo y lo que quieres es esa tableta que tienes en el armario y que te llama a gritos. Sin embargo, sales de la cocina, te sientas y te pones a hacer otra cosa. Y te olvidas. Eso es un deseo más de gula que de antojo, porque realmente solo te acuerdas de ello durante un tiempo, pero tu cuerpo en cuanto encuentra otra cosa en lo que ocuparse se olvida.

Los antojos de verdad son aquellos que no te puedes quitar de la cabeza, y que el propio cuerpo demanda.

Sustituye los antojos malos por buenos

Vale, tienes un antojo y no puedes evitarlo ya. Necesitas eso que te está pidiendo tu cuerpo. El problema es que puede que no sea saludable para ti, o para el bebé. Para no caer en ese problema, intenta sustituir lo que te pide el cuerpo por algo más sano.

Sabemos que no va a ser lo mismo, y que incluso tu cuerpo rechazará la idea y te dirá que eso no lo quieres, metiéndote en la cabeza la necesidad de ese antojo. Pero a veces hay que ser firme y no sucumbir a la primera.

Distráete

Otra de las formas de evitar un antojo en el embarazo es distrayéndote. Es decir, intenta encontrar una actividad que no esté relacionada con comer que pueda quitarte de la mente esa necesidad.

Muchas veces se consigue, de ahí que se diga que es un antojo de «gula», más que uno real.

Si no puedes aguantar, sucumbe al antojo, pero poco

Hay veces que no podrás evitar caer y dar rienda suelta a tu antojo. Pero si lo haces y este no es bueno, intenta moderarte. Por ejemplo, si tienes un antojo de chocolate, en lugar de comerte cuatro cuadraditos, cómete solo uno y aguanta la tentación de seguir comiendo. De esa forma habrás cumplido con el antojo, pero no te dejarás llevar.

Lo mismo con cualquier otro que pueda poner en riesgo la buena evolución de tu embarazo.

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