Cambiar el pañal: la guía definitiva para padres primerizos

cambiar el pañal

Cambiar el pañal es algo que muchos padres temen. Ya no es solo el hecho de ser hombre o mujer, sino el tener que enfrentarte a una situación a la que muchos se ven superados por la sensación, y los olores, que hay.

Pero para demostrar que eres uno de los mejores papis o mamis del mundo, aquí van los pasos para cambiar el pañal de la mejor forma posible. Porque, a veces, una guía definitiva y saber qué tienes que hacer es lo único que necesitas para lograr un buen resultado.

Los cinco pasos para cambiar el pañal

Si eres padre primerizo, o simplemente eres de los que les gusta tener todo bajo control, cambiar el pañal puede no ser tan fácil como crees. Por eso, aquí vamos con la guía definitiva del paso a paso para hacerlo, y, además, con buenos resultados. ¿Preparado?

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1. Antes de ponerte a cambiarlo, necesitas prepararlo todo

Puede ser que tengas una zona especial para cambiar a tu bebé cada vez que sea necesario. Que lo tengas todo dispuesto en esa zona. Pero otras veces eso no sucede, y tienes que ponerte manos a la obra.

Pero lo normal es que no tengas una zona específica, o que te pille en la calle, o en casa de unos amigos. Por eso, antes de sacar el pañal, es preferible que lo tengas todo dispuesto. Y eso incluye: una bolsa para tirar el pañal sucio, toallitas húmedas, una toalla, un cambiador (a poder ser que empape por si se mancha o hay “pérdidas”), polvos de talco, cremas, una esponja, jabón, etc.

Al menos, todos esos elementos deben estar preparados. Sí, parece algo mucho más tedioso, pero es que cambiar un pañal requiere organización, y elementos que debes tener a mano.

2. No te olvides del pañal limpio (y abierto)

Uno de los errores que les pasa a muchos padres es no tener listo el pañal limpio que vas a ponerle. Aunque parezca una tontería, no lo es, porque después tienes que dedicarle tiempo a abrirlo, y si tu bebé es muy activo, vas a tener problemas para que se esté quieto (y hacer dos cosas a la vez no va a ser nada fácil).

Por eso, antes de ponerte, desenvuelve el limpio para que sea más rápido después ponérselo. Créenos, lo agradecerás conforme vaya más grande porque irás más rápido.

3. ¡Hora de quitar el pañal sucio!

Sí, esta es la parte más desagradable, sobre todo si el olor es insoportable o lo que ha hecho es demasiado para ti. Pero no es cuestión que busques un palillo para colocártelo en la nariz, la misma visión puede hacerte querer vomitar. Ahora bien, ten en cuenta que tú haces lo mismo, aunque no lo veas ya.

Así que ármate de paciencia, aguanta la respiración y hazlo lo más rápido posible. Eso quiere decir que, una vez hayas abierto el pañal, debes ser rápido para abrirlo, retirarlo y tirarlo a la basura. De esa forma, las ansias de vomitar se te irán antes.

Otro pequeño truco para cambiar el pañal que puedes hacer es, en ese momento, echar un poco de ambientador o perfume con el objetivo de que no huela tan mal.

Y una recomendación. Muchos bebés, cuando se ven liberados del pañal, bien por el “fresquito” o por otros motivos, tienden a orinarse. Así que, para evitar que la orina se disperse o acabes mojado, lo mejor es usar una toalla o algo parecido para taparlo mientras.

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4. Toca limpiar y adecentar

Ahora que ha pasado el mal rato, que es lo que provoca que muchos hombres (y algunas mujeres) eviten a toda costa cambiar el pañal, es hora de limpiar. Y si todo va bien, no habrá mucho problema. Solo si se ha manchado mucho (por ejemplo si ha hecho heces blandas, diarrea, etc.) tendrás que limpiar más a fondo. Así, vamos a darte dos casos:

Si tu bebé se ha manchado mucho. Esto debes preverlo antes, ya que deberías tenerlo todo listo. Para ello, lo mejor es llenar un barreño pequeño con agua tibia y tener una esponja y un poco de jabón. Así tocará limpiar el culete bien, eliminando todos los rastros de suciedad.

Si tu bebé no se ha manchado mucho. Esto será mucho más rápido ya que puedes usar unas toallitas húmedas para limpiar la zona y que quede limpia.

Una vez esté todo, tocará echarle un poco de crema o bien polvos de talco que ayudan a cuidar la piel de esa zona. No siempre debes echarlos, pero sí conviene que lo hagas varias veces al día para que no se enrojezca la piel o le salga un sarpullido.

5. ¡Nuevo pañal!

Finalmente, lo único que te falta ya es colocar de nuevo el pañal nuevo. Ese que habrás abierto previamente para que fuera más rápido de poner. Eso sí, asegúrate de que lo pones correctamente, y no al revés, que puede pasar.

Para ello, la mayoría de los pañales llevan los cierres en la parte de atrás, para después pegarse en la de delante. Así que procura dejar esos cierres detrás (en el culete del bebé). Ahora asegúrate de alinearlo bien, y de que cierre correctamente, tapándole toda esa zona a tu bebé, y cierra sin apretar demasiado (pero tampoco lo dejes muy flojo o se le caerá).

¡Y ya está! Acabas de cambiar un pañal.

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