En una familia, puede haber situaciones que generen peleas de parejas, incluso que sean presenciadas por los niños. Casi siempre las personas nos centramos en uno mismo, sin darnos cuenta que hay un espectador que puede sufrir mucho más que cualquiera de los adultos: los hijos.
Por eso, hoy vamos a centrarnos en que entiendas cómo afecta que te pelees con tu pareja cuando hay niños, o que los uses para hacer daño a la otra persona (porque realmente a quien dañas es a los más pequeños).
Discusiones entre padres: las consecuencias para los niños
Imagina que tu madre y tu padre discuten delante de ti. Lo más normal, como adulto que eres, es que intentes apaciguar los ánimos y que solucionen el problema. Pero, ¿y si no parece haber solución? ¿Cómo te sentirías? ¿Y si además pareciera que te echan la culpa a ti?
Seguro que experimentas una serie de sentimientos negativos que hacen que te sientas triste, apenado, que no puedes dejar de pensar en el problema, y que cambie por completo tu día a día por culpa de esa pelea.
En el caso de los niños, hay un aliciente más: ellos aún no saben gestionar sus sentimientos y emociones, y lo que para ti puede ser un grano de arena, para ellos se convierte en una playa completa.
De hecho, según los expertos, lo que los niños experimentan al ser testigos de las peleas entre padres es lo siguiente:
Miedo e incertidumbre
Los niños no saben si esa pelea va a acabar bien o mal, lo que hace que sientan que el ambiente está tenso, y se ponen nerviosos, sin saber cómo actuar. Además, debes tener en cuenta que para ellos es como si se tambalearan los pilares más importantes de su vida: su madre y su padre.
Los pensamientos negativos van a generar que piense en lo peor, que se sienta mal y que pierda confianza en sus padres, porque entendería que estos pueden abandonarlo en cualquier momento.
¿Qué implica? Una baja autoestima, ansiedad, comportamiento agresivo…
Culpabilidad
Es algo inevitable. Cuando los niños ven a sus padres peleando, y además no saben exactamente el motivo por el que lo hacen, tienden a pensar que ellos son los culpables de ese problema, y por eso intentan mediar para que todo vuelva a la normalidad.
El problema es que cuando las discusiones son cada vez más habituales, él mismo desarrolla problemas porque entiende que, si es el culpable, lo que debe hacer es alejarse de todo y de todos, desencadenando una autoestima baja pero también una indefensión fuerte.
Trastornos emocionales
Problemas para dormir, regresión a un estado más infantil, pérdida de control del esfínter (es decir, que se hagan pipí o popó encima), miedo a que le hablen fuerte (o escuchar conversaciones donde la gente hable fuerte)… todo esto puede desecadenarlo una pelea entre los padres.
Interiorizan que las discusiones son habituales
Por eso, su comportamiento cambia ya que, en casa, ven que son algo normal y eso hace que, en su día a día, se comporte según ve en su casa. Ten en cuenta que los niños son una esponja y eso hace que, si no se les explica que eso no está bien, ellos lo hagan igual.
De hecho, a la larga puede desembocar en traumas psicológicos que hay que tratar para evitar que, de adulto, pueda ser una persona agresiva o que no saber comunicarse o desarrollarse personal y sentimentalmente.
Mal carácter, contestaciones fuera de todo…
Fallos en el colegio, llamadas de atención, pérdida de interés de los estudios, contestaciones agresivas… Son avisos que te pueden poner en alerta acerca de que algo no va bien.
Consejos para que las peleas entre padres no afecten a los niños
Como padres, y además adultos responsables, debemos ser conscientes que nuestro comportamiento es una guía para los niños. Si hacemos mal las cosas, y además no les explicamos que lo que hemos hecho está mal, pedimos perdón y mostramos el comportamiento adecuado, acabarás por enseñarle mal a tu hijo.
Evita las discusiones con los niños delante
Siempre que sea posible, evita discutir con tu pareja delante de los niños. Tampoco es recomendable que creéis un ambiente de tensión. Y algo que debes saber, hasta los bebés son conscientes cuando pasa algo y hay crispación, enfado…
Así que, intenta aparentar y no crear un ambiente negativo en tu hogar. Es mejor que las peleas se dejen para la intimidad y, de puertas para fuera, todo esté bien.
Si los niños presencian la pelea entre padres, también deben participar en la resolución
Imagina que tus hijos han visto cómo te peleabas con tu pareja. Ellos se sentirán mal, pensarán que son los culpables, y no sabrán cómo comportarse.
Por eso, cuando hagáis las paces, también él debe estar presente para que vea que cualquier problema se puede resolver de manera civilizada. Además, es recomendable que, si os hace preguntas, le respondáis con la verdad, o al menos de una forma que pueda entenderlo.